LA SITUACIÓN DE LOS OBREROS DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
TEXTO 1
“Me situé en la calle Oxford de Manchester y observé las riadas de obreros en el momento en el que abandonaban las fábricas, a las 12 en punto. Los niños tenían casi todos mal aspecto, eran pequeños, enfermizos, iban descalzos y mal vestidos. Muchos no aparentaban tener más de 7 años. Los hombres, de 16 a 24 años en general, y sin ninguno de edad avanzada entre ellos, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las que tenían apariencia más respetable, pero entre ellas no vi a ninguna que tuviese un aspecto lozano o bello… Vi (…) seres humanos mal desarrollados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarían a viejos, niños que jamás serían adultos saludables. Era un triste espectáculo. […]
El largo confinamiento en las fábricas, la falta de descanso, la vergonzosa reducción de los intervalos de las comidas, y en especial el trabajo prematuro de los niños, reducen muy considerablemente la salud y el vigor, y explican el mísero aspecto de los obreros.”
Testimonio del doctor Turner Thakrah (1831), citado en Rule, J. “Clase obrera e industrialización. Historia social de la revolución industrial británica, 1750 – 1850”. (p. 216)
TEXTO 2
“Claro que [el obrero] no era libre; estaba bajo el estricto control y la disciplina más estricta todavía impuesta por el patrono o sus representantes, contra los que no tenían ningún recurso legal alguno (…). Tenían que trabajar las horas y en las condiciones que les impusieran; aceptar los castigos y las multas con que los sancionaban, a la vez que los patronos aumentaban sus beneficios. (…) Sin duda, el chico de pueblo podía encontrar semejante vida no más dependiente ni menos miserable que la que vivía con sus padres […]. Pero, para el hombre libre, entrar en la factoría como simple ‘mano’ era entrar en algo poco mejor que la esclavitud, y todos –menos los más hambrientos- trataban de evitarlo.”
Hobsbawm, E. “La era de la revolución. 1789-1848”. Ed. Crítica. Barcelona, 2001.
TEXTO 3
“Señor jefe de redacción:
Desde hace algún tiempo circula por las calles principales de nuestra ciudad una muchedumbre de mendigos que, o bien por sus harapos y su aspecto enfermizo, o bien por la exhibición de llagas abiertas y dolencias repugnantes, buscan despertar la piedad de los transeúntes de manera con frecuencia muy imprudente y muy ofensiva. Me inclino a creer que cuando se paga no solamente el impuesto para socorrer a los pobres, sino que se aporta además una contribución generosa para el mantenimiento de establecimientos de beneficencia, uno ha hecho lo suficiente para tener el derecho de estar al fin al abrigo de importunidades tan desagradables y cínicas; y, ¿para qué sirve, pues, el impuesto tan oneroso que pagamos para el mantenimiento de la policía municipal, si la protección que nos da no nos permite andar tranquilamente por la ciudad?
Muy atentamente,
Una dama.”
Carta publicada en el periódico “Manchester Guardian”, citada por Engels, F. en su libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”. (1845)
PELÍCULA QUE MUESTRA LA SITUACIÓN DE LOS OBREROS FRANCESES A MEDIADOS DEL SIGLO XIX (HACER CLICK AQUÍ)
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